Son muchas las veces que nos preguntan a mí o a Alessis cómo es que pasamos tanto tiempo escuchando la radio. Alessis normalmente no contesta, o lo que es peor, pone cara de asco, salvo que vea la oportunidad de un negocio. Ahí sí, se hace el simpático. Yo en cambio trato de compartir todo lo lindo que pasa en estacoplando porque sé que la gente no es mala y además después comenta.
El asunto es bien sencillo. Las oficinas de estacoplando no son como cualquier oficina. Salvo una que tenga muchas radios prendidas al mismo tiempo. Las oficinas de estacoplando se construyeron en un depósito sucio de la Ciudad Vieja que compró Esteban Valenti en la época que estaban de moda las canchas de Padle.
Se le había ocurrido que con el auge del Padle y la popularidad de Astori podía hacer un buen negocio. Es decir, con la plata del Padle fue que empezaron a recorrer los comités de base. El que no nos deja mentir es Danilo chico, que nos acompañaba a todos lados. Por esa época quería traer a los Power Rangers. Se le habían puesto en la cabeza hasta que al final Danilo (padre) hizo disfrazar a cuatro ediles y se los trajo para el cumpleaños.
Pero volvamos a las oficinas de estacoplando. El depósito luego de un tiempo quedó impoluto, Valenti tenía a unas militantes muy convencidas, y les hacía barrer las canchas de Padle y el depósito, con la promesa de hacerles conocer a Danilo. Por esa época el famoso era el Danilo padre. Después nosotros nos distanciamos un poco de Valenti pero igual, le seguimos usando el depósito con la promesa de que lo íbamos a ayudar a que Danilo fuera presidente; lo que no le aclaramos fue qué Danilo. En fin.
Ahora estamos bastante bien, ya sumamos tres pisos, y las muchachas que ya están un poco entradas en años, nos agarraron cariño. A Mercedez, que es la que viene a la mañana, la dejamos que ponga la AM Libre a todo volumen. La verdad es que después de tanto tiempo, digamos que se ganó el derecho. Le gusta el programa de Sonia Breccia y además, creo que este es el principal motivo, está enamorada del locutor chileno/o peruano, que le hace todas las locuciones a Fasano. Mercedez limpia un piso solo, la planta baja, porque hace unos años se cayó de la escalera, el día aquel que Figares hizo paro se agarró tremendo disgusto y le bajó la presión. Ahora está bien.
De los otros dos pisos se encargan Mariana y Soledad, que son pareja, a ninguna de las dos le gusta mucho la radio. Las dejamos poner Metrópolis que pasa buena música y a la hora del Peti, ahí sí, se mueren con la mano.
Atención, que nadie vaya a creer que es tarea fácil la limpieza de los pisos de estacoplando punto com. Para empezar son tres, y de techo bajo, por el tema de la acústica. En la planta baja hay más que nada plantas, porque un día nos dimos cuenta que el aire estaba muy viciado. Hace ya como un año, sacamos todas las radios y las subimos al primer piso. Conseguimos un canje con una casa en el barrio de los judíos que tiene las plantas de plástico muy en precio. Ojo, dejamos una radio portátil Soni que es la única que agarra bien la 1010 arriba de un revistero de mimbre por si vienen visitas. En el segundo piso están la mayoría de las radios. Hay una por emisora y una más por cada una por sí una de las cada una se queda sin pilas. Nos costó años llegar a lo que ahora. En una época escuchábamos todas las radios en una sola, una locura. Pero bueno, otros tiempos. En el tercer piso, que es el más ventilado están los cassetteros con grabadores. Uno por cada radio, y también uno por cada una de las radios como prevención. El techo del segundo tiene unos orificios por donde pasan cables, por cada uno pasa el cable de cada una de las radios del segundo piso que se conecta con los grabadores del tercer piso. Y así mismo es que como se escucha y se graba todo lo relacionado con estacoplando.
Por el último está la azotea, que es compartida con el depósito de al lado donde funciona un lavadero. Gente muy bien. En la azotea se escriben la mayoría de los tweets de estacoplando. En la esquina de una bocatormenta tenemos un enchufe que no hace falso contacto, ahí conectamos un celular con el que podemos conectar un wifi de un mcdonals que está cerca. El celular tiene cámara pero no la usamos mucho. Puede que un día subamos alguna foto de las oficinas para que se queden con una idea más acabada. Igual, no hay mucho para ver además de radios. Las paredes son todas de compensado, pero las forramos con goma de unos guantes naranjas que una vez nos dieron de canje, quedaron preciosas. Da muy futurista, o no. Depende de la luz. No usamos demasiada, con los visores de las radios alcanza y sobra. Y sino, no hay problema, porque las muchachas tienen todas celulares con linterna. A veces se les va la mano con los mensajes de texto pero eso queda para capítulo.
Los pisos están todas alfombrados, con unos paneles de goma negra, como esos de los ómnibus. Te podés acostar a dormir una siesta tranquilo que ni te enteras. Ah y tenemos unas sillas blancas de esas que venden en tata que salieron buenísimas. Dos nada más, porque las chiquilinas si están, están trabajando así que no tiene sentido comprar más.
Otro día les sigo contando, ahora hay que ir retroceder cassettes, para que quede todo pronto para mañana.
Hablamos.
Una crónica deliciosa. Salú maestro, sigo riendo mientras tecleo esto.
ResponderEliminarSi no tienen lapiceras BIC para rebobinar los cassettes les alcanzo unas.
Yo niego todo.
ResponderEliminarChinaski: Las lapiceras se pierden todas. Así que sí.
ResponderEliminarAlexis: estaba visto.
Que mundillo! Tal cual lo imaginaba.
ResponderEliminarMorochamente: es que somos muy transparentes.
ResponderEliminarSe vienen más crónicas en breve.