Decime Marta

Quería comentar dos asuntos sobre esta reciente aparición callejera del presidente Mujica. Por un lado está eso que dice el volante que salió a repartir nuestro excelentísimo: "aprendé a perder". Por otro, una frase que se reitera en sus discursos, en sus declaraciones y que en este caso fue expresada de la siguiente manera: "hay que hablar con el lenguaje que la gente entienda".

A ver, ¿qué quiere decir exactamente el presidente con "hay que hablar con el lenguaje que la gente entienda"? Es una de sus ideas recurrentes, algo de lo que está convencido, entonces veamos un poco más.
Primero uno puede interpretar que él cree que hay otras personas que sobre los mismos temas, no le hablan claro a la gente, y seguramente se refiera a personas que ocupan cargos importantes en el estado, como podría ser un ministro, un senador, un diputado. Como sea, uno debe suponer que se refiere a personas que comunican sus ideas a la población y cuya opinión puede ser influyente, por ejemplo, en la educación de los jóvenes, niños y o adultos del Uruguay. Ok, entonces, si acordamos sobre esa idea, cada cosa que dice el presidente de un país, en este caso a través de un medio de comunicación masivo, es definitivamente importante, muy importante, importantísima; es.....la palabra de la persona que los uruguayos eligieron en un régimen demócrativo como principal representante de sus voluntades.

Cuando dice "gente" yo también pienso que habla de todos nosotros, ¿no? Y cuando dice "lenguaje", ¿de cuál está hablando? Como ya lo conocemos un poco, sabemos que hace referencia a un lenguaje que según su criterio es claro, sencillo. Por ejemplo: "aprendé a perder". Entonces la pregunta que se impone es la siguiente: ¿el presidente Mujica cree que el uruguayo medio no es capaz de entender otro lenguaje? En definitiva, ¿el presidente se piensa que la gente es pelotuda? No, sabemos que no, que sus intenciones son buenas, pero debería comprender el grave error que comete cada vez que expresa con toda firmeza esta idea absolutamente errónea y además, dañina, en una infinidad de sentidos.

Primero que nada, el hablar "claro" se cae a pedazos cuando lo que se está expresando es un disparate grande como una casa. Por ejemplo: "aprendé a perder", para referirse a la temática de violencia doméstica. No vale escudarse detrás de un supuesto y falso lenguaje popular para mandar mensajes que van exactamente en dirección contraria a todas las políticas de salud y género y todo aquello que se pretende comunicar en el camino de la prevención y promoción de salud en la temática de violencia doméstica, por ejemplo.

Por otra parte, y pensando en que estos mismos días se está discutiendo el destino próximo de las formas de educación formal en nuestro país, da miedo escuchar que el presidente piense que somos giles, que para entender sus ideas, nos tiene que hablar en un lenguaje que según él mismo, es clase B.
Entonces, creyendo en sus buenas intenciones, alguien que le diga lo muy equivocado que está, y el peligrosísimo mensaje que trasmite por la tele, al decirle a quien esté mirando una (un niño o un adolescente, por ejemplo) "¡Dejate de literatura!".

Desde aquí, desde Está Acoplando nos saca de quicio que este tipo de cosas pasen así como así, porque la verdad es que son sumamente graves, y explican algunos de los principales problemas que tenemos como país y como sociedad. No se puede reducir todo a una metáfora futbolística. Porque sí, es exactamente esa, la terrorífica idea atrás del "aprendé a perder". A ver, no es todo una cancha de fútbol, y los seres humanos en general, ya no solo los uruguayos, lo pueden comprender. Y en todo caso, esta idea, no ayuda para nada en ese sentido y además genera más violencia, desde la ignorancia y el desconocimiento desde donde surge.

En el clip, el presidente, que está bien, sale como puede del paso, reduce todo el asunto de la violencia doméstica a una metida de cuernos....No habría más que agregar, y uno supone que el presidente tiene perfectamente claro que las relaciones humanas son mucho más complejas que una pelota de fútbol, que no se trata de ganar o perder, y que si estamos de acuerdo sobre lo importante de seguir trabajando en una problemática tan significativa como la de Violencia doméstica, desde aquí pedimos por favor, un poco de seriedad.
No sé, comunicación, asesoramiento, pero sobre todo  más confianza y menos soberbia. Más confianza en cada uno de los uruguayos, en los que tal vez puedan entender más sobre el tema, en aquellos que como votantes, habitantes del país, tengan una opinión diferente, y en todos los que pedimos a gritos que no se nos insulte más en nuestra precaria inteligencia.



Cultura para todos, en su habitual horario de las tres de la mañana.